30 de diciembre del 2020, son las 4:14 de la madrugada y se escucha un rugido, miles de gritos que suenan como uno. Momento de festejo y la euforia del triunfo se mezcla con el desahogo necesario después de una larga lucha.   

La Ley de interrupción voluntaria del embarazo (Ley 27.610 de IVE/ILE) implicó en Argentina un extenso proceso de debate legislativo y social que tuvo su momento de inflexión en 2018. Con amplia participación de especialistas, activistas y militantes de distintos campos y con diferentes trayectorias, presentó una riqueza de argumentos inédita. El pañuelo verde símbolo de la lucha por el aborto legal seguro y gratuito, ya definido por la Campaña, se colgó de miles de carteras, mochilas y ventanas. 

¿Cómo se ganó la calle? ¿Qué procesos confluyeron para que ese movimiento fuera posible? 

El aborto se instaló en el debate social y parlamentario mediante un activismo capilar que disputó cada espacio. Un momento de esta historia donde muchas personas, de distintas generaciones, tuvieron su primer acercamiento a los feminismos. En los Martes verdes, la ronda de las pibas cantaba otro arroz con leche: “¡Yo quiero abortar, en condiciones dignas, en el Hospital, con Misoprostol, con intervención, de la forma que sea. Es mi decisión”. 

Comenzamos a publicar Revista Límbica (2020) en un contexto donde la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo aparecía aún como una conquista pendiente en Argentina, un derecho primordial que el Estado nos adeudaba. Hoy, pasaron casi dos años de la histórica jornada donde pudimos empezar a decir ¡el aborto es ley! 

Sabemos que procesos sociales tan complejos y arraigados no se transforman de manera lineal ni absoluta cuando cambian las normas jurídicas que los regulan. La Ley marcó un antes y un después pero no dudamos que aún queda mucho por recorrer, especialmente en el campo de la salud. 

¿Cómo se está garantizando el acceso al aborto en los distintos territorios? ¿Qué pasa con el segundo trimestre? ¿Qué hacemos con los “objetores de conciencia”? ¿Qué impactos produjo en el deseo para las personas gestantes? ¿Qué cambios se hicieron efectivos en los dispositivos de atención? 

Este número, #Aborto legal, surge con la intención de ser un espacio para repasar lo andado, plantear nuevas preguntas y tomar nota de los desafíos actuales y futuros. Se propone como una oportunidad para reactivar debates e intercambios que todavía es necesario sostener y generar aquellos que aún nos cuesta instalar.

En la sección Diálogos, entrevistamos a Dora Barrancos quien nos ofrece una cartografía de esta conquista, nos sitúa en el escenario presente y proyecta hacia futuras luchas por nuestros derechos. Por su parte, trabajadoras de la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir nos acercan a los cambios, obstáculos y desafíos que se presentan en los distintos territorios del país para garantizar la Ley de IVE/ILE. En Experiencias, el relato de una interrupción por obra social deja en evidencia que todavía queda mucho por hacer para contar con prácticas cuidadas y amorosas en salud en el acceso a esta intervención. En Artículos comenzamos con una propuesta descisexualizante en la atención a personas transmasculinas y el activismo transmasculino en el la lucha por el aborto legal. En Activar contamos con la mirada de las Socorristas en Red, la articulación feminista de colectivas que acompaña a personas que han decidido abortar. Es Yanina Iturrieta, integrante de Las Hilarias, quien delinea el trabajo de los socorrismos sanjuaninos en la lucha feminista por el aborto legal. En la misma sección, junto a las integrantes de la Cátedra por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito de la Facultad de Psicología (UBA), repensamos la importancia de transformar las currículas de grado y ponderar la capacitación de futurxs trabajadorxs de la salud en la temática. En Data, Loreley Unamuno, realizadora de cine documental recomienda tres títulos de películas que abordan desde diferentes narrativas la temática del aborto.

Somos todavía pocos los países latinoamericanos que contamos con acceso a la interrupción voluntaria del embarazo, aún queda mucho por delante. Seguimos construyendo una salud transfeminista, exigiendo nuestros derechos y los cuidados que merecemos. El acceso al aborto legal, seguro y gratuito, se seguirá defendiendo en las calles, en los servicios de salud, en universidades, en los cuerpos, en las casas, en cada escenario de lucha.

Ya sabemos que no estamxs solxs, nos tenemos para defender y potenciar todo lo que logramos.

Comité editorial