
- El siguiente libro es un hallazgo reciente, aunque se publicó en Argentina en 2022, el libro Diez días en un manicomio de Nellie Bly es una crónica de 1887. Bly fue la primera periodista en infiltrarse para realizar una investigación, y lo hizo haciéndose pasar por loca en el manicomio de la isla Blackwell en Nueva York.
- El libro narra, etapa por etapa, cómo logró ser declarada loca, ingresada en el manicomio y cómo transcurrió su estadía allí. A lo largo de los diez días que duró su investigación, expusó los maltratos jurídicos, policiales y clínicos que sufrió en carne propia, y de ese modo visibiliza la violencia de la que son víctimas todas las mujeres con las compartió sus días. Bly explica que desde que ingresó al manicomio no hizo ningún intento por parecer loca, actuó con normalidad pero eso no le garantizó su alta. “Y más extraño, mientras más cuerdamente hablaba y actuaba, más loca me creían todos excepto por un doctor, cuya amabilidada y gentileza nunca olvidaré”.
- La pregunta central que toma su investigación termina siendo: ¿si no es la tortura que se vive en ese lugar la que termina produciendo la locura? Cuando logra irse escribe: “Deje el pabellón de los insanos con gusto y culpa: gusto porque una vez más podía disfrutar el libre aliento del cielo; culpa porque no puede llevarme a algunas desafortunadas mujeres que vivieron y sufrieron conmigo, y quienes, estoy segura, estaban tan cuerdas como yo lo era y lo sigo siendo”.
- Bly recupera con nombre y apellido las vidas de algunas de las mujeres que conoce allí. Cuenta sus historias en un intento de devolver la voz que el manicomio les saco. Algunas de estas mujeres están internadas por haber tenido alguna pelea con alguien, por ser migrantes, por ser pobres o por decisión de sus maridos. Este libro me hizo pensar en el trabajo que hacen en el Movimiento por la Desmanicomialización en Romero (MDR). Desde el Archivo Histórico del Hospital Melchor Romero, realizaron un proyecto llamado “Manicomio e Historias de vida” donde dan voz a mujeres que estuvieron internadas ahí. Evidencian cómo el sistema asilar tuvo un impacto diferente en las mujeres, quienes solían ser internadas involuntariamente a causa de divorcios, por temas de herencia y por el ejercicio libre de su sexualidad. Recomiendo su instagram donde bajo el lema “no estamos todas faltan las del manicomio” comparten historias de las mujeres internadas contra su voluntad.
- El impacto de este libro Diez días en un manicomio generó que el estado de Nueva York aumentara sustancialmente el presupuesto y mejorara las condiciones. En una visita posterior a la publicación del artículo junto a las autoridades de la institución, Bly intenta ver a sus ex compañeras pero resulta imposible. Le niegan la existencia de algunas de ellas y otras le dicen que fueron trasladadas. A las pocas que puede ver, las encuentra rápidamente deterioradas, “El asilo para lunáticos de la Isla de Blackwell es una ratonera para humanos. Es fácil entrar, pero una vez ahí, es imposible salir.”
- El último libro que quiero recomendarles, Ana Alumbrada, militancia, amor y locura en los 60, es también el de una mujer infiltrándose en la lógica del manicomio. Alejandra Slutzky escribe este libro dando testimonio de su búsqueda por descubrir la vida de su madre, Ana Svensson. La investigación se amplía y Slutzky demuestra cómo durante la última dictadura los hospitales psiquiátricos fueron parte del aparato represivo, y que ahí se llevó a cabo la desaparición de militantes por medio de la locura y la muerte.
- El detonante de su búsqueda fue la aparición en Facebook, de cartas que Julio Cortázar había enviado a su madre, publicadas por un desconocido. La vida de Ana quedó reducida a su condición de “loca”, mientras que su pareja y padre de Alejandra, que fue desaparecido, es recordado como alguien que luchó por sus ideales. Ambos fueron militantes, pero la creencia de Ana en el amor libre hace que sus propios compañeros la dejen de lado por ser un “peligro a la seguridad”. Ana empieza con ideas persecutorias que terminan en su internación. Alejandra dice en su libro que muchas personas como su madre sufren un doble encierro; el de la locura y el del manicomio. “Esta institución no tuvo en cuenta que esa <locura> había sido provocada- tal vez <disparada>, como se dice en Argentina- por una represión infame y violenta que los arrojó a las historia colectiva estigmatizados como <esquizofrénicos, locos o alienados mentales>”
- El libro presenta una lectura algo compleja, con idas y vueltas, pero al mismo tiempo resulta tan adictivo como un thriller. No solo nos lleva a repensar desde otras luces uno de los momentos más oscuros y violentos de nuestra historia sino que nos volvemos compañeros de Alejandra en su búsqueda incansable para recuperar a su madre. “Si, seguramente mi madre tenía una predisposición a enfermarse psíquicamente pero lo que realmente la enfermó fue la mala praxis en los hospitales psiquiátricos y la falta de contención y comprensión respecto de lo que <le pasaba>”.
- Para cerrar me gustaría resaltar el lugar que ocupa la escritura para estas autoras. Escribir no cura necesariamente. O cura por momentos. Me da la impresión que en todas ellas, la escritura se vuelve algo necesario. Escriben para hacer que algo del dolor y de la vida las atraviese y para compartirlo. Como dice Maria Magdalena en el libro mencionado previamente, escribir es un trabajo no productivo sino subjetivo. Explica que una mano puede quedar atada al dolor y a la locura, mientras que la otra, a través de la escritura, tiende un lazo con el mundo.
- “Se escribe lo que no se puede escribir. Se escribe lo inevitable. Se escribe como quien se chupa el veneno del brazo y lo escupe al piso. No concibo otra cosa para mi ni para otros”. Escribe Josefina Licistra en su último libro Crac y creo que habla de todas estas autoras también.